En Oriente (siglo VII d.C.) dos fuerzas chocan: el Islam y el Imperio Bizantino. El primero tenía como meta la expansión; el segundo, conservar sus territorios. La vanguardia del Islam estaba representada por los turcos, al convertirse al sunnismo se ponen al servicio de Bagdad. Los turcos eran un pueblo nómada que vivía del saqueo y su organización era una aristocracia militar.
Los emperadores Bizantinos, con frentes militares tanto en el Oeste como en el Este, recurrían a los mercenarios del norte que se llamaban (en Constantinopla) “Varegos”. Pero después del impresionante desastre de Manzikert en 1071, perdieron no sólo territorio (Anatolia) sino que, además, quedaron en evidencia la corrupción y querellas internas, hacía rato que el “gigante bizantino” se pudría por dentro.
Entonces el emperador Alexis Comneno acudió al papado para que le enviara mercenarios. Era una sencilla ayuda militar y, a su vez, asegurar los caminos de peregrinación a Tierra Santa.
El Papa Urbano II predicó el Clermont-Ferrand un 27 de noviembre de 1095 frente a una multitud para ir a liberar el Santo Sepulcro del yugo de los infieles. Cuatro grandes barones acudieron: Godofredo de Bouillon, duque de Baja Lorena; Roberto de Normandía y sus vasallos como Roberto de Flandes, Esteban de Blois, Hugo de Vermandois; Raimundo de Saint-Guilles, conde de Tolosa, acompañado por el legado Papal. Finalmente: Bohemundo de Tarento, el hijo del gran Roberto Guiscardo.
Y marcharon hacia Oriente… Atravesaron Constantinopla y se aventuraron por Anatolia.
Los griegos, a su vez, admiten abiertamente que en la conquista de Nicea los engañaron, los privaron del botín que le correspondía al ejército cruzado. Finalmente llegó la primera victoria del ejército cruzado; bajo una intensa presión, en Dorilea, vencieron a los turcos. La marcha siguió y llegaron a Antioquía. Uno solamente puede leer los horrores que sufrieron durante el sitio de Antioquía y cómo vencieron, gracias a los normandos, a los ejércitos que buscaban auxiliarla. Entonces Bohemundo se establece como señor de Antioquía y Balduino como señor de Edesa. El resto del ejército siguió hacia Jerusalén.
La ciudad Santa de Jerusalén fue conquistada el día quince de Julio (1099 d.C.). Raimundo de Saint Guilles dejó ir al gobernador de la ciudad y a su guardia. Los normandos, encabezados por Tancredo, habían reunido a los musulmanes y judíos para pedir un rescate por ellos, el drama fue que la soldadesca enloquecida entró y masacró a todo el mundo; después de tres años de ser hostigados incesantemente por turcos y sarracenos de diversos principados orientales, no veían detrás del Oriental otra cosa que no fuese un enemigo.
Los flamencos y valones se establecieron en Edesa y Jerusalén; los normandos se establecieron en Antioquía y los provenzales se adueñaron de Trípoli. Y así nació lo que después se conocería como… El reino de Jerusalén.